Tuesday, January 23, 2007

Una de mitología

Aquí va un poco de mitología motivada por la fijación con el horóscopo que últimamente he notado en Malayerburgo y regiones aledañas. Particularmente inspiradoras fueron las discusiones sobre el carácter de los nacidos bajo el signo de Virgo, como una servidora.



Hace mucho, mucho tiempo, vivían Deméter y su hija Perséfone felices en el campo haciendo que los árboles creciesen y diesen frutos y manteniendo los prados verdes y hermosos. Las hojas nunca se caían y las flores nunca se marchitaban. Además los frutos siempre estaban maduros y listos para ser recogidos por los pastores. Deméter sentía especial fijación por el trigo y hacía que creciera en abundancia. Por eso fue llamada Ceres, la diosa de los cereales, por los romanos. Deméter era una diosa muy importante. Hija de los Titanes, que habían nacido de la unión del Cielo y de la Tierra, era hermana de Zeus, de Hera y de Hades. Además era una de las fundadoras del Olimpo. La cosa es que ambas eran muy felices cuidando de la naturaleza. Claro, que la felicidad no es para siempre y pronto la tranquilidad de madre e hija se iba a ver perturbada.

Hades estaba loquito por Perséfone y llevaba mucho tiempo tratando de seducirla. Deméter lo sabía así que no dejaba a su hija ir a visitarlo porque además éste vivía en el mundo subterráneo donde nunca salía el sol y nada tenía vida. Un día que Perséfone estaba sola en un prado se encontró casualmente con Hades que paseaba en un carro guiado por dos bellos corceles. Éste la invitó a pasear con él y Perséfone, ante una visión tan majestuosa, no pudo negarse. Ahí aprovechó Hades para llevarla a su mundo subterráneo.

Pasaron los días y Deméter empezó a preocuparse por la suerte de su hija. Presa del abatimiento dejó de atender a las plantas y las flores dejaron de brotar y los campos se secaron. Entretanto, en el submundo las cosas no estaban mucho mejor. Perséfone, que pese a todo no odiaba a Hades, no conseguía adaptarse a aquel mundo de oscuridad. Su ánimo iba decayendo y dejó de comer. A su vez Hades, que la amaba de manera sincera, sufría intensamente al saberla infeliz. Tanto es así que prefería volver a estar solo pero verla alegre en su mundo de la superficie que tenerla con él sufriendo. El día que le dijo a Perséfone que la dejaría marchar ésta se puso tan contenta que sintió un hambre feroz y pidió, por fin, algo para comer. Lo que no sabía es que entre los dioses existía un antiguo pacto por el que quien ingiriese alimento en el mundo subterráneo, no podría jamás salir de él. El pobre Hades era un mar de dudas porque no quería romper el pacto pero tampoco quería retener por más tiempo a su amada contra su voluntad. A todas estas, la tierra se había vuelto un secarral porque Deméter se negaba a seguir cuidando de la naturaleza hasta que no tuviera a su hija de vuelta.

Tuvo que intervenir Zeus que lo había visto todo desde el principio. Después de un tiempo de meditación decidió que Perséfone pasara la mitad de su tiempo con Hades y la otra mitad con su madre. Al volver con Deméter, madre e hija revivieron los días felices en que hacían reverdecer los campos. Los árboles volvieron a dar frutos y el trigo volvió a brotar dando a la tierra un bonito color dorado. Pasados seis meses, Hades volvió en su carro y llevó a Perséfone de vuelta al submundo para pasar los siguientes seis meses. Deméter, de nuevo, se negó a cuidar de las plantas hasta el regreso de su hija y los campos volvieron a secarse. El ciclo de Perséfone, la diosa virgen, se repite desde entonces. Las temporadas en que ésta vive en el mundo subterráneo son conocidas por los hombres como invierno. Cuando Perséfone regresa con su madre, comienza la época a la que los humanos llaman primavera. Cuando llega el verano, Perséfone se va acercando más y más al mundo subterráneo donde pasará el otoño y el invierno.

La constelación de Virgo es muy tenue y en nuestras ciudades iluminadas es muy difícil distinguir el patrón que habían imaginado los antiguos griegos. Hay sin embargo una estrella que se destaca: la estrella Espiga. A medida que avanza el verano Espiga se va acercando más y más al horizonte. Cuando el verano termina, la estrella desaparece en el horizonte. Es Perséfone que baja al mundo subterráneo de Hades.

7 comments:

sagui said...

Qué bonito, Macorina...¿Conoces algun mito así de bonito sobre Acuario?Es que entre tanto Virgo me siento solita...Gurb, Psikke, Brixta y tú, y no sé si me dejo a alguien, la Navidad en vuestras familias debía ser movidita!

Anonymous said...

Clap, clap, clap. Me ha encantado el post, Macorina.

Me encanta la Mitología. No conocía éste mito. Hay que ver como todos los mitos siempre están relacionados con el amor/lujuria y nosotras no dejándonos (la mayoría de las veces), ¿eh?

Malayerba, no estás solita. El Caracol te acompaña. ;) (Debes estar al caer, ¿no?)

sagui said...

Sip.El lunes.

sagui said...

Macorina, he visto el comentario que has dejado en blogissimo, y aún me tiemblan las rodillas.Gracias, muchacha.

Anonymous said...

¡Qué historia mas bonita!, sobre todo el final.

Anonymous said...

sabía la historia, pero no lo de la estrella, qué chulo... gracias por estas cosillas...

Anonymous said...

estoy leyendo "Los dos nacimientos de Dionisio" de robert graves, habla mucho de este mito, recomiendo mucho el libro.
También habla de setas y de méxico, mira tú.