Thursday, October 26, 2006

El (pinche) proceso

(Esta historia es verídica pero se presenta en forma resumida ya que la versión extendida no es apta para espíritus sensibles.)

Hace unos meses que abrí una cuenta en el banco y pedí una tarjeta de esas normales de débito. Me dijeron que la fuera a buscar pasados diez días. A los quince (me di un pequeño margen porque ya me conozco el patio) fui a recogerla pero no estaba. Por lo visto las normas habían cambiado y los extranjeros debían ahora esperar un mes mientras se hacían unas ‘averiguaciones’ (¿Consultar en la base de datos de la INTERPOL? ¿Pedir informes de buena conducta a los vecinos?). OK. Al mes y pico volví y seguían sin noticias de la tarjeta. Bueno vale. Las visitas al banco se hicieron frecuentes los siguientes dos meses y la historia se repitió: nadie supo decirme nada de la tarjeta. Hasta que hace un par de días empecé a sospechar que algo iba mal y decidí llamar a un teléfono de esos de atención al cliente. La cosa fue más o menos así:

- Máquina: Servicio de bla, bla, bla. Si quiere tal cosa marque 0, si quiere tal otra cosa marque 1… Digite ahora su clave telefónica.
- Yo: [Ostias, que será eso de la clave telefónica]
- Máquina: Su clave telefónica es incorrecta. Piiiiiiiiii.

Después de varios intentos infructuosos de que alguno de los empleados del banco me dijera qué onda con la pinche clave telefónica decidí volver a llamar y hacer lo posible por comunicarme con un ser humano.

- Máquina: Servicio de bla, bla, bla. Si quiere tal cosa marque 0, si quiere tal otra cosa marque 1… si no sabe lo que quiere marque 9. Piiiiiiiiiii. Habla con la agente nº tal, ¿en qué puedo ayudarle?
- Yo: Sí, esteeeee… hace unos meses pedí una tarjeta y aún no ha llegado y quería preguntar…
- Ser humano (sin dejarme terminar la frase): Digite su clave telefónica.
- Yo: Es que no tengo clave telefónica.
- Ser humano: Pues tiene que llamar al teléfono tal para que le asignen una. Gracias. Piiiiiiiiiiiiiiiiii

Tras unos minutos para practicar la respiración en tres tiempos llamé al teléfono indicado:

- Máquina: Servicio de bla, bla, bla. Si quiere tal cosa marque 0, si quiere tal otra cosa marque 1… Digite su clave telefónica.
- Yo: [¿Será que pasé a un universo paralelo y no me he enterado?]

Otra pequeña pausa para bajar la energía del corazón (el Tai-Chi hace maravillas) y una nueva llamada:

- Máquina: Servicio de bla, bla, bla. Si quiere tal cosa marque 0, si quiere tal otra cosa marque 1… si no sabe lo que quiere marque 9. Piiiiiiiiiii. Habla con la agente nº tal, ¿en qué puedo ayudarla?
- Yo: Quería pedir mi clave telefónica.
- Ser humano: Nombre
- Yo: Macorina Macorinez.
- Ser humano: ¿Cuál es su número de cuenta, señorita Macorinez?
- Yo: Tal cual.
- Ser humano: ¿Y su dirección? ¿Código de cliente? ¿Código postal? ¿Teléfono? ¿Fecha de nacimiento? ¿Edad? [se conoce que la aritmética no es el fuerte de la señorita agente]
- Yo: Pues esto y lo otro y tal.
- Ser humano: Espere mientras se activa su clave telefónica. Piiiiiiiiiiiiiiii.
- Yo (mordiéndome las uñas y con un hilo de voz): ¿Y la claveeeeeeeeeee?

A estas alturas ya me temblaba el labio inferior y tenía un par de lágrimas luchando por salir. Soy débil. Siento que mi pasaje por este valle de lágrimas es una carga demasiado pesada. Marco el número de nuevo:

[Se repite la conversación anterior, incluyendo la parte de los datos personales]
- Ser humano: Espere mientras…
- Yo (al borde de un ataque de ansiedad): ¡Momentito! ¡¿Cuándo me van a dar la pinche clave?!
- Ser humano (con voz de estar teniendo una paciencia infinita conmigo): Tiene que teclear cuatro números, señorita Macorinez.
- Yo: (tecleo con mano temblorosa la matrícula del mini que tenía mi madre y espero a que se active la clave)

Una vez conseguido el primer objetivo comienzo a ver el futuro con más optimismo. Vuelvo a enfrentarme al aparato telefónico con valentía.

- Máquina: Servicio de bla, bla, bla. Si quiere tal cosa marque 0, si quiere tal otra cosa marque 1… Digite ahora su clave telefónica.
- Yo: [A ver qué dices ahora, Mari Pili.]
- Máquina: En un momentito le atenderá un agente. (Musiquita chunga.)
- Yo: [Joer, y a mí que el final de 2001 me pareció flojo…]
- Ser humano: ¿En qué puedo ayudarle?
- Yo : Sí, esteeeee… hace unos meses pedí una tarjeta…
- Ser humano: ¿Su nombre?
- Yo: Joseph K… esteeeee…. Macorina Macorinez.
- Ser humano: Señorita Macorinez, explíquenos su problema.
- Yo: [Mi problema es la imposibilidad de establecer un vínculo de comunicación verbal con usted] Es que hace unos meses pedí una tarjeta…
- Ser humano: Señorita Macorinez, ¿pidió una tarjeta?
- Yo: Exacto. Ya nos vamos entendiendo. Pedí una tarjeta y…
- Ser humano: ¿Y su dirección? ¿Código de cliente? ¿Código postal? ¿Teléfono? ¿Fecha de nacimiento? ¿Edad?
- Yo: [Y dijo dios: bienaventurado Job porque cuando hubiere resistido la prueba recibirá la corona de vida que he prometido a los que me aman]. Pues tal y cual y esto y lo otro.
- Ser humano: Señorita Macorinez, entonces pidió una tarjeta.
- Yo: [¡Y dale!]: Sí, y han pasado tres meses y aún no la he recibido.
- Ser humano: Señorita Macorinez, haga el favor de esperar mientras consulto mi base de datos. (Musiquita chunga)
- Yo: [Tranqui, tranqui… si todavía queda el advenimiento del anticristo para la llegada del juicio final] …
- Ser humano: Sigue ahí, ¿señorita Macorinez?
- Yo: [Mayormente ando de retiro espiritual en Dharamsala] Sí, sí dígame, aquí estoy.
- Ser humano: Señorita Macorinez, no nos consta ninguna solicitud de tarjeta.
- Yo: …
- Ser humano: Señorita Macorinez, continúa a la escucha.
- Yo: El patio de mi casa es particular, ¿sabe? Si llueve no se moja, como los demás.
- Ser humano: Señorita Macorinez, ¿se encuentra bien?
- Yo: Piiiiiiiiiiiiiiiiii

10 comments:

Anonymous said...

juas juas juas (buenísimo el relato)
cómo te entiendo...
cada vez es más frecuente este proceso, creo que hemos pasado del antiguo "vuelva usted mañana" de ventanilla en ventanilla, a los numeritos de teléfono, que tiene de bueno que no te tienes que mover de casa, pero de malo lo del establecimiento del vínculo de comunicación verbal.
Me mata, a mí me mata. Yo he tenido dos experiencias hace poco, la primera con la garantía del ordenador, la dejé por imposible, nunca estaban o me ponían musiquita eterna y no aguantaba más sin ordenador.
La otra vez, hará un mes, se nos rompió internet, llamamos y hasta que conseguimos hablar con LA PERSONA que nos daría las instrucciones paso por paso fue un calvario. Bueno, acabamos hasta peleándonos Abejita y yo, porque después del tiempo que nos había costado contactar con el susodicho, el hombre nos iba dando los pasos y yo se los decía a Abejita. Uno de ellos era: "sin abrir el navegador haga tal y cual" y qué va y hace Abejita, ¡abre el navegador! La iba a matar... Bueno, al final se arregló, pero vaya tela...

Unknown said...

Jajajajajaj Macorina, lo que me he reído. Real como la vida misma.

No te creas que los bancos ingleses son muy allá tampoco. Me clonaron la tarjeta de débito hace unos años y me sacaron un pastón que obviamente no tenía. Tuve que persegurilos durante meses para que me devolvieran el dinero. La cuenta en números rojos todo ese tiempo, y tuve que pedir a mi empresa que me pagara en efectivo, porque lo iba a "chupar" todo. El dinero lo sacaron de un cajero en Malasia a las 12 de la noche inglesas, y yo llamé al banco a las 9 de la maíana del día siguiente para protestar. Pues aún tuvieron las narices de preguntarme si acababa de estar en Malasia, y que tendrían que investigarlo. Como si viajara en Concorde!

Anonymous said...

Ja,,aj, muy buena la historia y es que es tan real que te ries por no llorar.

sagui said...

se parece a los días en que yo contraté mi línea ADSL...me dijeron 7 días..pasaron dos meses...después pusieron mal no sé qué cable...pasó otro mes...luego me lo arreglaron y el menda que vino a hacerlo se llevó mis cables..no los recuperé nunca...matarrr, mataaaaaaaarr...
Mi salud mental corrió graves riesgos esos días.

Anonymous said...

También aquí estuve yo.

Marcianito Moradín.

macorina said...

Iwi, pero seguro que abejita entendió tu reacción porque actuabas bajo presión psicológica extrema.

Brixta, y qué fuiste hacer a Malasia? me lo cuentes :-)

Sonia, pues sí, reir por no llorar.

Malayerba, se llevaron tus cables!! Si es que vivimos en el mundo al revés...

Prubas de sonido pal karaoke. Socorrooooooooo!!!!

Anonymous said...

¡¡¡gracias por haberme despertado de una forma tan alegre!!! dan ganas de cumplir años todos los dias. Besitos.

Unknown said...

:D macorina, comprate los tapones de silicona. Hazme caso. Mano de santo.

Anonymous said...

¿Has pensado alguna vez, Macorina, qué ocurriría si, aunque no te hubieran dado la tarjeta, no pagaras la hipoteca?

Para una charla personal con Macorina, pulse uno, para la hipoteca pulse dos, en caso contrario, espere... (música infame) ...
-Macorina: Casa de Macorina, ¿dígame?
-Banco: Le llamamos del banco porque Vd. no ha pagado la hipoteca.
-Macorina: Un momento por favor, voy a consultar en nuestra base de datos, no cuelgue.

Y ¡zas! Le pones un disco de Karina, ¡que se jodan!

gurb said...

hola macorina.

como andan las cosas por ahi? ideal para ir a tomar unos tequilas a Oaxaca, no?

mi abuelo y mi padre se tiraron media vida por ahi.

pobrecito mexico, tan lejitos de dios tan cerquita de los americanos...