Friday, September 01, 2006

Se canto sou ave, se choro sou homem


Me encanta este hombre. Me encanta que tenga los huevos de salir a un escenario como le da la gana. Él es él. Es inimitable e insobornable. Ney Matogrosso creó su propio estilo y nunca se ha dejado llevar por las modas. Siempre luchó contra los prejuicios en una época oscura de Brasil cuando salir maquillado a un escenario era en sí mismo un acto de rebeldía. Con todo, es tremendamente popular en ese pais y en su día consiguió llenar el estadio de Maracaná.



Sólo Ney Matogrosso ha conseguido lo imposible: que olvidara mis gafas de pasta por un día y me convirtiera en una groupie (entiéndase lo de las gafas de pasta metafórica y no literalmente, que sin gafas no hubiera visto un carajo). Créanme que la vida de una fan puede llegar a ser bastante dura y es que para poder ver de cerca a su ídolo una tiene que sufrir humillaciones varias. A saber. Una tiene que esperar horas y obedecer a un señor grandote que dice quién y cuándo puede pasar a la sala donde espera el dueño de nuestros desvelos (ejem, es un decir). La cosa es que cuando finalmente conocí a Ney Matgrosso me inspiró una ternura infinita. El tipo al que había visto evolucionar por el escenario bailando una suerte de danza del vientre ataviado con un turbante lleno de lentejuelas y una especie de camisa de pirata con los hombros descubiertos, se aparecía ante mí como un tranquilo ciudadano de mediana edad dispuesto a pasear al perro tras la ducha vespertina. El hombre es tan tímido que permaneció todo el tiempo en una esquina sin levantar la vista del suelo. Estuve a punto de pedirle perdón, de decirle que yo no quería molestar, que nada más lejos de mi intención que agobiarlo con los autógrafos y las fotos. Finalmente, le pedí que me firmara la carátula de un CD que llevaba conmigo a lo que él accedió muy amablemente con una media sonrisa turbada. Bueno, también me saqué una foto junto a él. Aquí tengo que hacer una confesión vergonzosa. La gafapasta que hay en mí se ha negado durante años a llevar cámara de fotos por considerarlo como muy de guiris (en fin). Eso sí, cada vez que creo que la ocasión lo merece, no me corto un pelo y le pido a cualquiera que me pille cerca y que lleve cámara que me fotografíe (en fin, en fin). La gente no suele negarse aunque casi nunca se acuerdan de enviar los retratos (probablemente no los envían porque no les da la gana pero la gafapasta que hay en mí necesita autoengañarse y pensar que una es muy chic y no una fresca como la copa de un pino). El tema es que convencí a un chico para que me sacara una foto junto a Ney Matogrosso pero nunca me la mandó. Sólo recuerdo que se llamaba Hélder.
(Hélder, muito obrigada pelo retrato que me fizeste com o Ney. Ainda o tens? Eu agradecia-te imenso se mo enviasses. O meu e-mail não tem mudado.)

4 comments:

Anonymous said...

La verdad que es admirable porque el atuendo se las trae, pero lo mejor es esa humildad que hay detras de tanta parafernalia.

macorina said...

Como hoy sólo ha escrito Sonia (¿será que a todos los que leyeron el blog les pareció que Ney Matogrosso es muy hortera y no me lo quieren decir para no romperme el corazón?) me autocomento yo, que este es mi blog y me hacen ilusión los comentarios, ¡hala!

La primera vez que vi a Ney Matogrosso me pareció un híbrido entre Raphael, David Bowie y Carmen Miranda.

Dentro de poco será mi cumpleaños y he decidido regalarme una cámara digital para evitar episodios como éste... y porque sacar fotos mola, qué caramba.

sagui said...

curioso tipo, macorina.No lo conocía, pero no es hortera, es...curioso.
Ante la peligrosa proliferación de la D.O. Gafapasta, yo no me hago responsable, eh?Que el palabro lo sacaron los del "Para ti que eres joven" hace ya un tiempito.A mí no me liéis!
Sonia, lo tuyo empieza a ser digno de estudio.Estás en todas partes!

sagui said...

cucha qué bonita voz, por cierto.Por tu culpa llevo 24 horas oyendo en mi cabeza: vira vira vira, vira vira vira homem vira viraaaaaa...