Tuesday, September 19, 2006

The world is a handkerchief

Acabo de hacer un descubrimiento que me tiene en estado de semi-shock. Es un hallazgo de tal naturaleza que me veo obligada a hacerlo público aquí: Resulta que mi hermana tiene un blog. Como casi todos los blogueros usa nick y nunca ha publicado una foto suya pero estoy segura de que es ella. Tan segura como que mi alias es Macorina.



Ustedes podrán decir, con razón, que el hecho en sí mismo no es raro. Se dan, sin embargo, una serie de circunstancias que me tienen patidifusa. Lo primero, que lo descubrí por casualidad curioseando por la red. Además, lo abrió al mismo tiempo que yo. Y lo más sorprendente, en su lista de enlaces hay un par de bitácoras que yo también leo (no es ninguna de las que enlazo) y que ni son de gente famosa ni tienen un exagerado número de visitas. De hecho, sin saberlo hemos escrito comentarios en los mismos blogs. En definitiva, pertenecemos a la misma comunidad virtual. Teniendo en cuenta que debe haber más de tres mil blogs en España (tirando por lo bajo y poniendo un límite geográfico) y que yo sigo como mucho unos veinte (a diario cinco o seis y el resto ocasionalmente) creo que la coincidencia es estadísticamente significativa. La historia me recuerda a esos estudios de gemelos separados en la infancia que al reencontrarse, ya adultos, descubren que han seguido vidas paralelas: los dos tienen una esposa llamada Margaret, dos hijos, un coche Ford color azul y son aficionados a la pesca con mosca.

Yo siempre he pensado que no tengo mucho en común con ninguno de mis hermanos con los que mantengo una relación cordial pero ni mucho menos íntima. Quizás haya estado más unida a mi hermana pero, con todo, ella es ocho años mayor que yo, hace muchísimo que no vivimos en la misma ciudad (ni país), nos vemos una vez al año y hablamos por teléfono muy de vez en cuando. O sea, que a estas alturas no puedo decir que nos conozcamos mucho. Por eso se me ha hecho muy raro verla tan próxima a mí y a la vez me ha sorprendido lo bien que escribe y lo lista que es (¿pa’que hacen falta abuelas teniéndome a mí de hermana?)

Claro, que ahora aparecen algunas dudas y certezas. Certeza de saber que si algún familiar lee mi bitácora no voy a escribir igual y eso que nunca he contado nada muy personal. Visto que ya sólo nos separan un par de clics de ratón estoy segura de que me acabará encontrando. Dudas de no saber si debo visitarla, revelando mi identidad, o si debo dejar de leerla. La opción de visitarla anónimamente me parece poco honesta a la par que inviable porque si tiene un contador de visitas va a sospechar cuando vea que la lee alguien justamente desde aquí. Además tampoco me veo en el papel de sister-troll (de lo que saben mucho Brixta y Gurb). En fin, que es curioso esto de la red. A unos el anonimato nos ayuda a ser más nosotros mismos y a otros les da por reinventarse pero en cualquier caso es un espacio de encuentro más. Y no cabe duda: The world is a handkerchief.

6 comments:

gurb said...

que bueno macorina.

una cosa es que se te cuele un colgui-troll, pero que se te cuele un pariente...jojojo.

esto ya supera la ficcón.

sagui said...

QUE MAL ROLLO ME DARÍA A MÍIIIIII

Unknown said...

A mi no se me habia ocurrido hasta ahora! Pero es verdad, es más que probable que mi hermana pequeña tenga un blog. Pondria la mano en el fuego. Y ahora que lo pienso no quiero encontrarlo.

Anonymous said...

Quizás esto te una mas a ella y al fin y al cabo no creo que tengas nada de que avergonzarte. Y en cuanto a leer su blog, ¿acaso tú tienes miedo de enterarte de algo que no quieras saber?.

Princesa said...

Yo he abierto ya una página personal y estoy en la segunda bitácora. Creo que me localizan siempre. Digo mi entorno.

De todas maneras, no deja de ser una casualidad, y que no sepas si alegrarte o salir huyendo.

Un saludo

Anonymous said...

a mí me encontró el cuñado de mi hermana...
es inevitable que cosas así ocurran antes o después.
creo que lo mejor es que la saludes, ¿no? no sé, tú verás. igual no te encuentra nunca...